
Aquí está la primera entrega de las “expediciones”. Al menos la primera documentada, porque antes ha habido muchas más. Hubiera estado bien documentar aquí algunas expediciones anteriores , (Stones, McCartney, Queen con Paul Rodgers, Whitesnake y un largo etc), no ya por la grandeza de los conciertos, sino por las anécdotas y gilipolleces ocurridas en la mayoría de ellos (léase mi caída –dos veces- a la entrada del Vicente Calderón cuando fuimos a ver a Stones o el señor Pellicer gritando a la gente en el concierto de McCartney que cuando éste saliera a escena, nos diésemos todos la vuelta para darle la espalda, y que así viera lo cabreados que estábamos por haber tenido que esperar tantas horas en la puerta de pie). Bueno, a ver que os parece.
7 de septiembre de 2006Josetxu (Chufi para los amigos, y para los no amigos también) se levanta cabreado porque el mercado no le ha dejado dormir. Es duro vivir en una de las calles donde ponen el mercado. Desde las cuatro no ha dormido nada.
El Palomo se levanta a las seis para preparar un examen que tiene a las nueve (así me gusta, estudiando con tiempo) y se copia.
Paco no tiene dinero para coger el autobús, así que Palomo tiene que ir a recogerlo tras salir de su examen copiado.
Alicia se queda en Murcia.
Salimos de la puerta grande de la plaza de toros de la Condomina.
Vamos a comprar bocadillos al Pepe porque con todas las desgracias no ha habido tiempo de preparar nada, no hay reservas, sólo dos bocadillos que Paco ha preparado antes de salir; léase uno de sobrasada con queso y salchicha cruda y otro de sardinas con atún, que es como hacerse un bocata de queso con tranchetes. Pedimos dos Superpepes, un Pepe y dos de tortilla. Pepe nos volvió a salvar la vida. Thanks!!
El coche del Palomo parecía un contenedor con marchas. Por fin podíamos comenzar el viaje.
Conducimos hasta Tobarra. Café y dos Bollicaos. Por primera vez el coche del Palomo tiene la gasolina a tope. Paco graba la imagen del contador de gasolina con su cámara de vídeo, dado lo insólito e increíble de este hecho, que no se volverá a repetir nunca. Seguro.
Después de dos horas Paco toma la conducción del contenedor.
Sobre las cuatro de la tarde llegamos a Madrid. Conseguimos aparcar fácilmente.
Paco toma algunos planos de Madrid y de nosotros mismos haciendo el gilipollas.
Cuando nos dirigimos hacia la puerta del Palacio de Deportes de la Comunidad, lugar donde se celebrará el concierto, nos llama Eduardo (ex vocalista de la banda Blind Rebel), que también ha ido a ver a Peral Jam. Nos encontramos con él y con un amigo suyo, Maikel, quien nada más vernos se aleja de nosotros para hacerse una foto con un cómico de la tele que ninguno conocemos, con pinta de mendigo y boca de hipopótamo. Encantador.
Buscamos un lugar donde sentarnos a la sombra pero sólo encontramos un bordillo que Edu califica como “un banco en potencia”. Y en efecto, no nos decepciona.
Comemos, hablamos de música, conciertos y otras cosas. Maikel dice “Maikel” sin descanso. Damos una vuelta completa a la manzana en busca de una cafetería para volver a la que teníamos junto al “banco en potencia”. Nos sentamos pero no nos atiende nadie. El Palomo apesta, pero no es por eso que no viene el camarero, sino porque después de media hora nos damos cuenta de que hay un cartel que dice:
“EN DÍAS DE ESPECTÁCULO NO SE ATIENDE A LAS MESAS”
Pedimos dos jarras de cerveza, un té, un bombón, y una horchata que después serían dos.
Mientras Paco y Palomo se cambian en el coche, Chufi va a entregar una tarjeta de sonido a un tipo con el que ha quedado en la puerta del palacio. En cinco minutos estamos en la cola del concierto.
Todo estaba preparado, las entradas en la mano y la cámara de Paco bajo su escroto (estaba prohibido pasar con cámaras de cualquier tipo), de ese modo, el guardia nunca la encontraría al cachearle en la entrada. Edu también llevaba una cámara de fotos en la capucha del chubasquero que tenía atado a la cintura y que nadie sabía porque lo había traído, pues hacía un sol de justicia. El policía le preguntó qué llevaba ahí, y Edu cogió el chubasquero de la capucha, donde estaba la cámara y el segurata registró el resto del chubasquero que había quedado suspendido en el aire. Cómico pero eficaz. Todo esto mientras un tipo le preguntaba al insistentemente al guardia si esa era la puerta por la que tenía que entrar; a lo que el policía contestaba repetidamente que no lo sabía. El pobre estaba agobiado de ver tanta gente que se le echaba encima desde el primer segundo en que se abrieron las puertas.
Entramos. Todo el mundo corre y nosotros también, aunque no sabemos porqué. Al final de un pasillo largísimo un tipo nos dice que no corramos, que no hay prisa, y Edu contesta que “no tenemos prisa, sólo lo hacemos por diversión y porque es sano”.
“Con la entrada en la mano, como el número de la carnicería” nos dicen los de seguridad antes de pasar a la pista. Ya hay gente sentada en primera fila junto al escenario. Poco a poco el recinto se va llenando. Unos tipos de Jumilla nos dan la mano por ser de Murcia como ellos.
La situación es esta: todo el mundo habla, pero sólo se escucha una conversación de telenovela de dos venezolanos que tenemos pegados al culo:
- … ¡¡¡Shámame al selular!!! …-
- … Fí a Mechalicca en el nofencha y dos, chocawron Encher Sendmen... –
Al poco comienzan los teloneros y los venezolanos desaparecen. My morning jacket. Psicodelia, Led Zeppelin y Bob Marley (esto ultimo según Chufi) metidos en una turmix. Batido de Rock con virutas setenteras y una guinda de actitud. Somos tontos y lo sabemos. Jamás seremos críticos musicales.
Después de una hora termina su actuación. Se encienden las luces y los anuncios contra el tabaco. Maikel grita “¡¡Maikel!!”. Edu y Palomo se ven increpados por un rastafari de metro y medio que se estaba metiendo rayas de speed apoyado en sus espaldas. Después de decirle que se aparte, se pone vacilón:
- Los tíos estos, que vienen a un concierto y se creen que van a estar anchos. Tontos, que sois unos tontos-
A lo que Edu contesta:
-Oye, como eres tan bajito, cuando empiece el concierto, si quieres te puedes apoyar en mí si quieres saltar, pero mientras no-
-Vale, tronco-
Y empiezan Pearl Jam.
Betterman, tranquilo. Todo el mundo canta los primeros compases. Eddie Vedder toca la guitarra acompañando al público. Cuando entra la batería y con ella el resto del grupo comienza la avalancha. Y eso que el tema es calmado. Entre el tumulto una chica llora con un ataque de claustrofobia. Todo es agobiante. Hay muchos empujones. De pronto Chufi (al que todos conocemos por ser una personalidad apacible y calmada) se da la vuelta y comienza a gritarles a los de atrás con cara de asesino que dejen paso a la chica, que está a punto de desmayarse.
-¿¿¿¡¡¡Qué pasa!!!???, ¿¿¿¡¡¡Qué pasa!!!???-
Todos nos asustamos por la cara que puso Chufi. Parecía que le iba a pegar a alguien y jamás lo habíamos visto así. Tras esto decidimos salirnos de las primeras filas.
Paco saca la cámara y comienza a grabar. Después de un buen rato se la pasa a Edu, que sigue con la grabación hasta que nota que una mano del tamaño de una bandeja lo coge de las muñecas y le dice el cuerpo que va detrás:
- ¡¡¡¡¡outside, outside!!!! –
Y se lo llevan a un lado del escenario. Paco intenta seguirlo, pero dos empujones del hombre armario le hacen cambiar de opinión. Levantamos la cabeza por encima de la multitud y vemos a Edu deshacerse en explicaciones mientras el segurata niega a todo con la cabeza. Al poco nos encontramos con nuestro amigo y nos cuenta la historieta:
- Me querían echar, el tío sólo hablaba inglés y yo le he dicho “ I don´t care the camera, I don´t care the tape, It´s the concert of my life “.
Vale, al menos recuperamos la cámara. Tras el corte de rollo, nos vamos a beber algo a la barra y terminamos de ver el concierto desde allí. Una chica toca el hombro del Palomo:
- Oye, ¿te puedes quitar?
- No.
- Es que se me ha caído el mechero y tengo que buscarlo.
- Ah, vale, te ayudo a buscarlo.
- No, no, déjalo.
La chica vuelve junto a su acompañante y le habla al oído. Suponemos que le dijo: “mierda, esta vez, el truco de quítate de ahí no ha funcionado. Ya no veré nada con este cabezón delante”.
Bueno, en fin, Pearl Jam son muy grandes. Concierto de los que marcan época (Chufi ya nos había advertido, porque fue a verles la semana anterior a Barcelona). Es increíble escuchar a un Vedder pletórico decir “… mi corazón es grande… because of you…”, y verle coger una cámara de fotos a alguien de la primera fila y fotografiar al público del palacio desde el escenario (foto que podeis ver en el encabezado de este comentario), o ver a un McCready que cada vez toca mejor. Fue una noche para recordar, en la que hubo muchos momentos y atmósferas Pink Floydianas –hasta nos regalaron un trocito de “The Wall” – y caña a partes iguales. Las cinco últimas canciones con todos los focos del palacio encendidos. Es una imagen difícil de olvidar. Final versionero, como los grandes clásicos que ya son, con “Rockin´ in a free World” del padre Neil Young y la inesperadísima “Little Wing” del dios Hendrix.
A nuestro alrededor, todo el mundo con una cara de satisfacción y felicidad digna de retrato.
Después de ver lo que puede llegar a ser un grupo, es una pena, más que nunca, la muerte en el Rock (R.I.P. Cobain, Stanley, Hoon…).
Estamos saliendo, y Edu escucha a un tio borrachísimo, que esta que se cae: “¿Toa mi vida esperando pa esto? Pues vaya una mierda”. Impagable. Me encanta el Rock and Roll.
Vuelta a Murcia. Chufi y Palomo hablan sin parar, Palomo no debe ni puede dormirse, porque conduce, pero Paco si.
Llegados a Murcia, recogemos a Alicia y cada uno a su casa y Pink Floyd en la de todos.
Agur.
(Chufi, Palomo y Paco. Special Guest: Alicia, Edu y Maikel).