16 febrero 2009

DARDOS EN EL SUELO.



Es domingo y la resaca viene con dosis de dolor.
Tengo la extraña sensación de estar cada vez más lejos de ti.
Será que de cuando me enamoro nunca acierto.
Cada minuto contigo es como un reto que a veces me puede y otras supero.
Me gustaría verte como quien ve a un amigo pero este aprendiz de hombre no es de piedra.
No te culpo pero tus ojos y tu boca son caramelo.
No me culpo pero ya está bien de que mis dardos acaben en el suelo.
Dar es dar, eso ya lo dijo fito paez, pero es lo que necesito para continuar con esta canción sin sentirme un extraño susceptible al daño que causa amar sin correspondencia.
Es domingo y esta triste guitarra, la que un día me enseño a expresar, traduce todo lo que yo no sé aclarar.
Los sueños imposibles tienden a volar y al que me habla de ti le han salido alas.
No hay nada más que añadir, prefiero la protección de un buen silencio a tiempo que el desgaste de un voz febril, titubeante al saber que el remedio está en olvidarte.
No guardo rencor y mentiría si dijera que no he aprendido.
Me quedo un trozo de dolor y lo guardo en mi bolsillo junto a esta canción.

J.C.L.
Agur.