12 septiembre 2008

NO HAY NADIE



Ya no hay nadie cuando miro por la ventana. Nadie cuando miro hacia la puerta, que estaba siempre entreabierta para que entrase la emoción. Para que entrase el comienzo. Aunque esté lleno de gritos, risas y lágrimas, yo ya no le encuentro el sentimiento.

Los sucios cristales, las rejas rotas, las viejas escaleras y el aire que antes lo eran todo, ya no significan nada. Quedan exentos de sentido a partir de ahora. Están tristes también.





Agur.