26 junio 2008

PEQUEÑAJO.




-¿Alguna vez has perdido algo sin haberlo llegado a tener en tus manos?

-No lo sé. Una vez me dijeron que había ganado el concurso de cuentos de mi colegio. La mañana que llegué a recoger el premio; recuerdo que era un libro de Harry Potter, me dijeron que había sido un error y que el ganador no era yo. No sé si se puede comparar a lo que estás hablando.

-¿Lloraste?

-Si. Claro. Era un crío. Un pequeñajo.

-Los pequeñajos lloran.

-Lo sé. Los mayores a veces también. Yo he visto a algún mayor llorar. Pero a veces lloran por dentro. Las lágrimas no les caen hacia fuera. Por eso no las vemos. Porque lo que les llora es el corazón.

-Cuando pierdes algo que aún no has tenido te sientes mal. Tanto que a veces es difícil de explicar. Tratas de buscar las palabras adecuadas para describirlo y quizá sentirte mejor hablando con alguien, pero no las encuentras.

-No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Pero... ¿y si aún no lo has tenido ni tan siquiera? ¿Cómo puedes entender la manera en que lo has perdido? ¿Cómo te das cuenta de que lo has perdido?

-No sé... supongo que si te das cuenta es porque lo querías mucho aunque no lo hubieras tenido aún. O porque ansiabas muchísimo tenerlo. Es triste. Muy triste.

-Lo sé.

-Agur.


-Agur.