20 septiembre 2007

PU.




Nunca puede producir mal a nadie y sí ocasionar un deleite puro e inocente... y ¿qué cosa puede haber más grata al corazón del hombre que el haber proporcionado un dulce entretenimiento a sus semejantes y haberlos hecho olvidar por algunas horas las tristes penalidades de la vida? Se muy bien que no soy necesario para la supervivencia biológica ni para la reproducción, ni tampoco soy una sustancia farmacológica. No busco provocar, pero siempre provoco sin querer. A veces tengo la extraña y desagradable capacidad de evocar y expresar las emociones más profundas, pero todas las respuestas que obtengo son simplismos y las mismas palabras una y otra vez... parezco ser el único que está cansado de ellas.



Agur.