26 octubre 2006

QUIEN RÍE ÚLTIMO RÍE MEJOR


Una verdad como un templo. No importa cuanto rías. Lo que importa es que mi risa y mi sonrisa serán las últimas y podré ver como te alejas diciendome con la mirada lo cabronazo que soy. Será otra batalla ganada, y con unas cuantas de esas, ganaré esta guerra.

Ya sé que las guerras no estan bien, pero ésta es personal y no la he empezado yo. Además, no habrá daños colaterales, sólo risas colaterales (las mías serán las últimas, ya veréis). Quieren guerra conmigo y estoy harto de agotar la vía diplomática, así que, como comprenderéis, tengo que defenderme de alguna forma; y como la mejor defensa es un ataque, y a mí ya me han atacado, no queda más que comenzar con mis ataques.

El que avisa no es traidor.


Agur.