30 julio 2006

¿DÓNDE ESTA TU ROCK?



















Lo perdiste en el camino. El mismo camino en el que te has perdido tú, aunque te empeñes en lo contrario y quieras hacerme pensar que estás donde te corresponde. Ni siquiera sabes donde se quedó para poder ir a recogerlo de nuevo. No te diste cuenta de que se te cayó del alma porque estabas en otra cosa, buscando algún placer nuevo, algo para beber, algo de dinero, un futuro mejor (aunque el que te esperaba no estaba nada mal), algún lujo que no hubieras probado aún, o follandote o amando a alguien.

No tenías el Rock; eras mucho más que eso, eras más que el propio Rock. Tú eras el Rock en toda su esencia. Lo eras con todo lo que representa y conlleva, con sus cosas buenas y malas, pero siempre auténtico, con la cabeza bien alta y los puños bien cerrados. Pero ahora todo es al contrario, porque ahora tus puños están siempre abiertos, para ver lo que pueden coger, cuanto más mejor, y te da igual si lo que coges está sucio o limpio, si sonríe o llora, si está vivo o muerto, alegre o triste, si es blanco o negro. A veces cuando me miras se que lloras por dentro, porque en el fondo quieres volver a ser Rock. Pero por fuera te da igual. Todo lo que antes era importante se ha ido, como el humo de todos los billetes que te fumas, y ahora andas en el camino hacia delante, pero sin rumbo, sin saber a donde vas.

De todos modos, el Rock está en todas las cosas, sólo hay que saber como buscarlo y como encontrarlo, así que confío en que algún día no demasiado lejano lo encuentres y dejes volar alto los pájaros que hay en tu cabeza junto con la avaricia por nada y las gilipolleces que te han metido desde las altas esferas.

Ese día háblame, yo sabré que eres tú otra vez, tú de verdad, y juntos volveremos a ser Rock.

Agur.