BORNES

Acabo de llegar a casa. Sábado por la noche, cinco de la madrugada, vuelvo del concierto de los Bornes.
Tras "ver" un concierto completo de Los Panchos (no es ninguna broma, tocaban antes que los Bornes... Por cierto, quién me iba a decir a mi que algún día vería en directo a Los Panchos??? Es curioso, no? Pues nada, otra leyenda en directo, jaja) comienza lo que es prácticamente un ritual en este tipo de conciertos en lugares pequeños: afinar guitarras, últimos retoques a las ecualizaciones de los amplis, músicos alrededor del escenario esperando que llegue el momento de subir... Bueno, el caso es que estaba allí para disfrutar de la música de Bornes y para hacerme con ellos tres clásicos: whole lotta love de Zeppelin, superstitious de Mr. Stevie Wonder y el eterno highway to hell de los eternos Ac/Dc.
Bornes se hacen una primera parte de película; al principio no había mucha gente, pero confome pasan los temas hay más personas y más ambiente. No se ha hecho descanso porque cortaría el rollo, así que se cambia el setlist y me subo al final de la primera parte. La cosa va bien. Yo pienso que es lo que tiene el improvisar, (no habíamos ensayado nunca juntos) que si hay buen rollo, sale todo medianamente bien. Salgo de escena con mi cara de satisfacción y me quedo en un rincón viendo el concierto. La gente grita, baila, piden más clásicos, se acerca el final. Me piden para acabar que repitamos highway, y todo perfecto, hasta que a mitad de la primera frase, cortan la luz. Se acabó. La gente pide más temas pero no puede ser, sin luz no vamos a ningún sitio. Entre charlas y recoger el equipo, pasa el rápido el tiempo hasta llegar a casa y aquí estoy. Buena luna.
Buena música y buena gente, es como si todo quedara en familia, jeje... Me lo he pasado en grande cantando esta noche y espero que se repita dentro de no mucho.
Agur.
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